Año 2020: Profecía en perspectiva
Daniel Cipolla
26 de April de 2020
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Estamos muy agradecidos al Señor por tener esta oportunidad de estar todos juntos, en todas las iglesias, en todas las naciones, donde tenemos iglesias que están bajo la autoridad del Ministerio, y a través de servicio en línea, de la internet, podemos estar todos juntos en esta convocatoria que ha hecho el Ministerio para recibir una Palabra especial del Señor que está relacionada con la Palabra profética "Año 2020: Un nuevo comienzo". Así que les saludamos, les abrazamos a cada uno con mucho amor en el Señor, y bueno, son abrazos virtuales. Sabemos que estamos en tiempo de cuarentena en muchos países, de este virus, del corona virus, pero con el mismo amor de siempre, en un solo Espíritu, en una misma mente y en un mismo Espíritu. Así que agradecidos de que todos juntos estamos ahora al mismo tiempo conectados en línea.
Antes de ir a la Palabra vamos alabar y a adorar juntos al Señor por un tiempo, y voy a dejar este tiempo en manos de Jairo, que él nos conduzca en esta alabanza y en esta adoración. Simplemente antes vamos a orar al Señor.

Padre gracias, por esta posibilidad de estar reunidos en tu nombre, en este día.
Gracias por la guía de tu Espíritu, gracias porque Tú sigues hablando al corazón del ser  humano, y sobre todo, a tu Iglesia, para que sepamos cómo actuar, cómo movernos en este tiempo tan especial, en esta generación tan especial en la cual Tú nos has hecho vivir para que seamos realmente factor de cambio para todas las naciones del mundo.
Te alabamos, te bendecimos, y todo este tiempo Señor, está puesto delante de ti, para que en él te glorifiques y en todas las cosas te alegres también en la alabanza y la adoración de tu pueblo, amén.

(Tiempo de alabanza y adoración...)

Qué bendición es poder alabar y adorar juntos al Señor, lamentablemente no lo podemos hacer estando todos presentes, pero aún si quisiéramos, como estamos en diferentes países, tampoco podríamos, pero a través de la internet todos nos pudimos acercar y todos pudimos alabar y adorar juntos al Señor con las mismas canciones, lo importante es que el Señor está recibiendo la alabanza de un corazón purificado nada menos que por la sangre de Jesucristo.

En este día traigo una Palabra bien especial que nos va a ayudar mucho, porque va a poner en la perspectiva adecuada la palabra profética que impartí en el mes de marzo de 2020, llamada “Año 2020 Un nuevo comienzo”. Y también vamos a tener en perspectiva las circunstancias mundiales y sobre todo lo que estamos atravesando en todas las naciones relacionado con el corona virus.
Pero para poder poner todo en la perspectiva adecuada, yo necesito comenzar con lo que Dios dijo a través mío en los años 2009 y 2010, estamos hablando de diez y once años atrás.

Ustedes recordarán que la profecía de 2009, llamada “Señal de los tiempos”, el Señor habló que la humanidad estaba atravesando el Jordán de los tiempos, que las edades y los tiempos como las habíamos conocido, ya nunca más serían, que había un cambio profundo en la naturaleza de los tiempos, y por eso el Señor declaró a ese año Señal de los tiempos. ¿Por qué? Porque Él daría dos señales, demostrando así que la naturaleza de los tiempos había cambiado para siempre.
El Señor habló de una señal en el cielo y una señal en la Tierra.

Pasó todo el año 2009 y cuando llegamos al 2010 vuelvo yo a dar una palabra profética llamada “La voz de un nuevo tiempo”, y en esa palabra profética me referí al cumplimiento de estas dos señales que había profetizado para el 2009.

La primera señal que profeticé fue para el cielo. Y se cumplió en ese orden, la primera señal fue para el cielo; fue el 2 de marzo del 2009 a las 8:44 AM, cuando pasó el asteroide denominado 2009 DD-45, que dice que se ubicó siete veces más cercano que la Luna. De hecho uno de los científicos del Observatorio Australiano de Siding Spring dijo que, "Ningún objeto de ese tamaño o mayor había sido observado nunca tan cerca de la Tierra". Ésa fue la primer señal cumplida.

La segunda señal tuvo que ver nada menos que con una pandemia. Ésa fue la primera pandemia del Siglo XXI, y la directora de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, en ese momento, tuvo que elevar la pandemia que empezó en abril, en junio tuvo que elevarla a número 6 de pandemia. Era la H1-N1; y volvió a decir ella, que se trataba de una nueva cepa de H1-N1 que nunca había circulado en la Tierra, que era un virus completamente nuevo, y es más, ésa fue declarada la primer pandemia en el Siglo XXI.
Quiere decir, que ambas señales profetizadas en el 2009 fueron claramente cumplidas de parte del Señor.

Ahora necesito referirme a algunas otras partes de la profecía del año 2010 porque son de demasiada importancia para entender la perspectiva de la profecía del año 2020, en ese momento el Señor me habló una Palabra específica que está en Lucas 19:44 cuando el Señor Jesús dijo estas palabras:

“...por cuanto no conociste
el tiempo de tu visitación”
.
Lucas 19:44 / RVR1960

Esto fue lo que dijo el Señor sobre Israel. Dios me había revelado que estas palabras eran muy importantes para nosotros hoy, porque hasta el 2009 Dios había extendido un tiempo especial sobre la Tierra donde Él se había encargado en su misericordia, de detener muchas de las cosas que debieran haber sucedido, muchas cosas malas que debieran haber sucedido, pero Dios detuvo todas esas cosas, nos dio un tiempo de prosperidad. ¿Para qué? Para que los hombres reaccionáramos y dijéramos, evidentemente, no estamos cosechando de acuerdo a la maldad que nosotros mismos hemos sembrado, es tiempo de volvernos a Dios, es tiempo de hacerlo con todo nuestro corazón, es tiempo de volvernos a Él.
Pero lamentablemente eso no pasó, el ser humano en general no se volvió al Señor y el hombre no discernió que ese era un tiempo especial en el que Dios había detenido muchas cosas. ¿Para qué? Para que en esa prosperidad los seres humanos se arrepintieran y regresaran al Señor. Debido a que eso no ocurrió, a partir del 2010 se iba a notar con claridad ese cambio de la naturaleza de los tiempos.

Ahora bien, todos somos testigos y sabemos que Dios hace juicios correctivos en el mundo, y generalmente somos tentados a decir que todas las cosas que ocurren malas en la Tierra son un juicio correctivo del Señor, pero yo quiero mostrarles que no necesariamente todo debe ser englobado como un juicio correctivo del Señor, sino también que hay un principio divino que siempre se cumple para bien o para mal. Este principio está en Gálatas 6:7 y dice de esta manera:

“No se engañen. Dios no puede ser burlado.
Todo lo que el hombre siembra, eso también cosechará.”

Gálatas 6:7 / RVC

Es decir, durante muchos años los seres humanos vinieron sembrando cada vez mayor cantidad de maldad, los tiempos cambiaron de ser malos a ser peores y esa es la siembra que se hizo.
Durante un tiempo Dios detuvo las consecuencias de ese mal, pero cuando Dios terminó ese tiempo de visitación especial, ¿sabe por qué lo hizo? Porque si en el tiempo de prosperidad no levantamos los ojos al cielo, ahora es necesario un tiempo de sufrimiento para que a través del sufrimiento, entonces podamos doblar nuestras rodillas, reconocer que hemos pecado vilmente contra el Señor, volver nuestro rostro a Él y arrepentirnos de todo nuestro corazón.
Esto era central en la profecía del 2010 “La voz de un nuevo tiempo”, el tiempo de sufrimiento vendría para producir ese arrepentimiento.
Ahora, también en esa profecía del 2010 se dijo lo siguiente, se habló del Salmo 127, donde dice que: si el Señor no edifica la casa en vano trabaja el que la edifica y si Él no guarda la ciudad en vano trabajan los que las están guardando.
Siendo así, dijimos que todo aquello que el ser humano trate de proteger y guardar confiando en su propio esfuerzo y quitando a Dios del medio, será en vano, y dijimos varias cosas:

La primera, dijimos que desde los estratos más altos de poder se está quitando a Dios de todos los ámbitos de la sociedad.

Segundo, dijimos que el aumento y la rebelión descarada contra Dios iban a traer nuevas epidemias y nuevas enfermedades desconocidas hasta hoy, trayendo más desastres en la Tierra y también señales en el cielo.

Tercero, dijimos que una señal clara del rechazo de la intervención divina por los gobernantes y las naciones es que se verían afectadas económicamente, porque iban a estar obligadas a usar cantidades muy grandes de recursos económicos fuera de presupuesto para dar solución a imprevistos.

Pareciera que estuviéramos hablando de hoy, ¿no? No, esto fue dicho hace diez años atrás, y por supuesto está dicho en las Escrituras hace miles de años, pero hoy lo estamos viviendo y vemos que la deuda de las naciones crece en todo lugar debido a estas cosas que están sucediendo, donde los gobiernos tienen que utilizar tremendas cantidades de dinero y endeudarse para poder proteger a la población.

Ahora bien, ¿qué objetivo tiene todo este recordatorio? Tomar conciencia de que somos protagonistas de una generación muy especial, y que también somos privilegiados porque hemos recibido conocimiento de estas cosas por anticipado. Ahora este conocimiento, ¿a qué nos obliga? Nos obliga a darle un valor correcto a nuestra vida porque somos instrumentos claves en los propósitos divinos en este tiempo.

Ante toda esta realidad tan oscura, surge una pregunta que muchos se habrán hecho cuando escucharon en marzo la Palabra del 2020, ¿no? Y yo me anoté una pregunta aquí. Algunos dirán bueno, ¿cómo sucederá lo extraordinario, lo sobrenatural y lo inimaginable profetizado en la profecía del 2020 a través de la Iglesia en tiempos como estos? ¿Puede suceder? ¿Será real? ¿Ocurrirá?
Para recordarles vamos a ir a varios ejemplos bíblicos y lo vamos a hacer desde el Antiguo Testamento, les doy algunos, sólo algunos, podríamos dar muchos.

El primero, cuando Moisés hizo todos los prodigios divinos que hizo en la tierra de Egipto. Israel estaba sufriendo como esclavo, y Israel estando como esclavo debió sufrir muchas necesidades para salir de Egipto y pasar sufriendo todo un desierto para entrar a la bendición de su tierra prometida.

Segundo, cuando Elías fue enviado a Sarepta de Sidón para que allí una viuda lo alimentara. ¿Sabe cuál era la condición de la viuda? Era pobre en extremo y el que debió hacer el milagro para multiplicar el aceite y la harina, ¿sabe quién fue? Elías.


Tercero, cuando Elías confrontó a los sacerdotes de Baal era una época oscura, completamente oscura en la espiritualidad de Israel, y sabe, Israel ¿qué estaba sufriendo? Estaba bajo la mano opresora y perversa de Acab y su esposa Jezabel. Todo Israel sufría.

Cuarto, cuando Eliseo multiplicó el aceite a una viuda, la mujer estaba sufriendo nada menos que una opresión tan impresionante de una deuda impagable, tan impagable que los acreedores se iban a llevar a sus dos hijos para poder pagar la deuda, y Eliseo fue el responsable de hacer el milagro de que el aceite siguiera fluyendo y no se acabara hasta que todas las tinajas fueran llenas.

Quinto, cuando Eliseo profetizo en Samaria que al otro día, veinticuatro horas, habría comida. ¿Sabe lo que estaba sufriendo Samaria? Estaba sufriendo una opresión impresionante porque la ciudad estaba sitiada; el rey de Siria, había sitiado a la ciudad de Samaria y el hambre era tan grande que las madres estaban comiendo a los hijos.

Todas las escenas que estamos viendo son de sufrimiento, y todos esos milagros fueron hechos en tiempos de sufrimiento.

Vamos ahora al Nuevo Testamento.
El mayor registro que tenemos en el Nuevo Testamento, de los prodigios, milagros, señales, portentos hechos a través de la Iglesia y también de los apóstoles, están en Libro de Los Hechos, no hay un libro en el Nuevo Testamento que sea más claro en esos milagros que el Libro de Los Hechos.
Pero nos hemos preguntado, ¿cómo vivía la gente, los hermanos, la Iglesia en tiempos de Los Hechos? ¿Qué fue lo que la Iglesia experimentó después de ser llena del poder del Espíritu Santo? ¿Sabe qué sufrió? Persecuciones continuas. Se las hago ver:

Primero, Pedro, Juan, y los apóstoles, sufrieron el ser encarcelados, eso lo dice el capítulo 4; más adelante en el capítulo 5 dice que los volvieron a encarcelar por predicar a Cristo, pero un ángel los liberó de la cárcel; y luego los religiosos por estar predicando los volvieron a tomar, los llamaron y encima los azotaron para decirles, nunca más predique del nombre de Jesucristo.

Segundo, en el capítulo 7 Saulo está persiguiendo a la Iglesia y al perseguir a la Iglesia, llaman también a Esteban y Esteban es apedreado. Luego de la muerte de Esteban, dice el capítulo 8 de Hechos, que la Iglesia sufrió gran persecución. Salvo los apóstoles, todos fueron dispersados por las demás ciudades. ¿Sabe qué significó eso para los hermanos? Escuche, significó dejar sus casa, dejar sus trabajos, dejar si tenían alguna estabilidad económica y volver a recomenzar de cero a dónde hayan sido esparcidos.
Más, en ese mismo tiempo, en el capítulo 12 de Los Hechos, dice que Jacobo, el apóstol Jacobo, el hermano de Juan, fue asesinado por Herodes, y Herodes, como le cayó muy bien eso al pueblo, Herodes también encarceló a Pedro con el mismo afán de que sufriera la muerte. Pero, ¿qué pasó? Un ángel del Señor liberó milagrosamente a Pedro, y Herodes no se pudo salir con la suya.

Fíjense un poco, todos los relatos que vimos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, evidentemente son muy diferentes entre sí, todos y ninguno de ellos estuvo relacionado con una pandemia como la actual, sin embargo, en todos hay un denominador común, ¿sabe cuál es? ¿Ya lo vio, no? El sufrimiento... el sufrimiento.
¿Qué objetivo tiene que yo haga este resumen hoy? Traer la perspectiva adecuada de lo profetizado en el año 2020 al comprender que más allá de las razones por las cuales la humanidad sufra, hay un principio espiritual divino establecido en toda la Escritura y es el siguiente:

Lo extraordinario, lo sobrenatural, lo inimaginable de Dios, siempre fue hecho en tiempos de necesidad y de sufrimiento, y no en tiempos de tranquilidad y de prosperidad.

Ahora es cuando usted entiende en perspectiva la profecía, ahora es cuando usted dice, Señor ¿cómo nos vas a usar para traer lo extraordinario, lo sobrenatural y lo inimaginable mientras la humanidad sufra? Porque mientras la humanidad sufra y haya sufrimiento de cualquier clase que sea ese sufrimiento, usted va a poder mostrar a Cristo, manifestar a Cristo, hacer que los oídos de la gente sean abiertos a través del sufrimiento y poder traer la grandeza, la gloria y los prodigios de Dios en cosas imposibles que nadie puede sanar y que nadie puede liberar, pero la Iglesia sí tiene el poder porque tenemos el poder que Cristo nos ha dado para traer esa sanidad divina.

Ahora, en este momento todos hablan de superar la pandemia y regresar a la vida normal aunque esa normalidad probablemente sea muy diferente a la normalidad que conocimos antes de la pandemia, ¿no? Pero nosotros que conocemos la Palabra del Señor y la profecía, sabemos que van a surgir nuevas cosas, nuevos acontecimientos, nuevos eventos, nuevas situaciones que vamos a tener que atravesar, es por eso, que conforme a lo que se profetizó en el 2010, nosotros debemos orar y debemos ser intensos en nuestra intercesión, ¿para qué? Para que en este tiempo de sufrimiento que está viviendo el mundo, sirva para traer un arrepentimiento genuino y masivo de los seres humanos.
Nosotros tenemos la honra de ser hijos de Dios, una honra y un privilegio indescriptible, pero hermano, ¿eso nos hace inmune al sufrimiento? Por supuesto que no, nosotros vivimos en este mismo mundo junto con los demás, ¿pero saben una cosa? Los del mundo, además de sufrir tienen algo muy difícil de superar y ¿saben qué es? El temor. No sólo sufren, ellos tienen temor, en cambio nosotros, disfrutamos de una esencia y disfrutamos de un poder que es absolutamente sobrenatural y que nos ha sido dado desde que el Espíritu Santo nos habita. En esa esencia se tiene que cumplir la Palabra del Señor cuando dijo; en el mundo tendrán aflicción pero confíen yo he vencido al mundo.

Quiere decir entonces hermano, que tú y yo vamos a sufrir, pero no tenemos nada que temer, ni una gota de temor debe estar llenando nuestro corazón y si en algo así fuera, tenemos que pedirle y creerle al Señor, Tú nos dijiste Señor, que Tú habías vencido al mundo y cada vez que te acercas a nosotros tu Palabra es, no temas.
Así que, nosotros no estamos como el mundo, sí sufrimos las consecuencias, pero nosotros no estamos bajo temor.

Ahora bien, Dios puso algo en mi corazón y me habló de animar a la Iglesia en este tiempo a renovar su conciencia de la cobertura que Él nos ha entregado, y quiero mostrarle algo muy particular acerca de la cobertura del Señor para nuestra vida.
Hay un animalito indefenso, puro, inocente que se menciona en la Escritura desde el inicio de la humanidad y es el cordero; y ahora usted va a ver la centralidad del cordero en toda la historia humana.

Por ejemplo, en Génesis 3 y luego, por favor todos los pasajes que voy a decir léalos en su Biblia, hoy no los vamos a leer, pero en Génesis 3, verso 7 y verso 21, se muestra a Adán y Eva en el Edén, después de haber pecado, y después que pecaron, ¿qué hicieron? Se vieron desnudos y cuando se vieron desnudos se cosieron unos delantales de higuera para no mostrarse desnudos. Dios los encontró allí y cuando los encontró, ¿sabe qué hizo el Señor? Sustituyó lo que ellos hicieron por lo que Él hizo; y ¿cuál fue la sustitución? El Señor les dio a ellos delantales, ropa que eran hechos de piel de animales que Él mismo hizo. Aaunque la Biblia no lo dice, muy probablemente esa piel puede haber sido la de un cordero.

Luego vamos a Génesis 22, si leemos de los versículos 7 al 13, vamos a leer el momento en que Dios le pidió a Abraham sacrificar a Isaac, cuando Isaac iba de camino con Abraham la pregunta del muchacho fue la más obvia, ¿padre dónde está el cordero para el holocausto? Y Abraham le respondió así, Dios se proveerá de cordero para el holocausto, es más, la traducción literal del original hebreo dice así: Dios proveerá para Él, el cordero.
¿Qué muestran estas palabras de Abraham? Que tenía revelación de que el sacrificio que Dios le había pedido era un sacrificio divino. Por lo tanto, el responsable de poner el cordero no era Abraham, el responsable de poner el cordero era Dios, porque en el original hebreo dice, Dios proveerá para sí mismo el cordero. Es decir, impresionante, era Dios quién tenía que proveerle en ese momento el cordero a Abraham porque el sacrificio Dios se lo había ordenado.

Ahora, uno se pregunta bien, uno lee los versos 15 al 17 de Génesis 22 y dice, ¿pero por qué Dios probó a Abraham de una manera tan extrema?
La señal es esta, la respuesta es esta, convertir a Abraham en una señal profética que mostrara anticipadamente al Padre Dios entregando a su Hijo Jesucristo.
Fue una señal, Abraham es simplemente una señal, con la salvedad de que él no tuvo que matar a su hijo, pero el Padre sí tuvo que mandar a la muerte a su Hijo y apartar sus ojos de Él porque el pecado del mudo estaba sobre Jesús.

¿Por qué hizo esto además el Señor? Porque si Abraham lo obedecía en esta prueba tan extrema, Abraham se transformaría en lo que de verdad se transformó, el único hombre en el mundo a quien Dios le pudo hacer un juramento para que a través de él, no sólo fuera bendecido Israel como nación, sino todas las naciones fueran bendecidas por la venida del Cristo y la de su simiente, la Iglesia, todos nosotros los que estamos, los que conformamos el cuerpo de Cristo, porque escúcheme, nosotros la simiente de Cristo somos la bendición para el mundo, el mundo no tiene bendición sin la Iglesia, Dios no puede derramar sobre el mundo bendición sin la Iglesia, porque somos nosotros la simiente, la simiente que está en la Tierra que es de carne y hueso, para poder traer la bendición de Abraham, del juramento que le hizo a nuestro padre espiritual, para que la Tierra pueda recibir bendición, la sanidad y el perdón de los pecados que sólo viene de Jesucristo.

Si vamos más adelante, otro ejemplo lo encontramos en Éxodo 12, si usted lee desde el verso 21 hasta el 33, ve que es un momento crucial para Israel, llegó el día de la pascua establecida por Dios en ese momento a través de Moisés cuando dijo, ustedes van a tomar un cordero y ese cordero lo van a inmolar tal día, lo van a sacrificar y la sangre de ese cordero la van a pintar en los dinteles y en los postes de su casa porque ese día el Ángel del Señor pasará y matará a todos los primogénitos del pueblo de Egipto, más sobre donde vea la sangre el ángel, pasará de largo y no matará a ningún primogénito. Todo Israel fue librado de la muerte, ¿por qué? Por la sangre del cordero en los dinteles y en los postes.
¿Qué importancia tiene este evento? Tiene una importancia crucial, porque este es el evento previo, es la puerta que se abrió para la liberación definitiva de Israel del cautiverio de Egipto por más de cuatrocientos años.

Luego, yendo al Nuevo Testamento, cuando vamos a 1 Pedro 1:18 y 19 y vamos a Apocalipsis 5, verso 6 al 10, encontramos que vuelve a hablar la Escritura del cordero.
Pedro habla de que Jesucristo fue entregado por nosotros, que el pago por nuestro pecado no fueron cosas corruptibles sino la sangre de Cristo, como la de un cordero sin mancha, sin defecto, sabemos que por Él recibimos vida eterna.
Y en Apocalipsis, confirma que Jesucristo es el Cordero de Dios, que Él nos salva, que Él nos ha dado vida eterna. Pero ¿sabe una cosa? También confirma que detrás de esa salvación y vida eterna hay un propósito divino, ¿sabe cuál es? Que hemos sido, los creyentes, hechos reyes y sacerdotes para Dios, es decir, un reino de sacerdotes al servicio de Dios para cumplir su propósito.
Yo sé la pregunta que ustedes se están haciendo, a ver dígame Daniel, ¿qué relación tiene todo lo que estamos viendo a cerca del cordero con la cobertura de la que usted me habló hace unos momentos? Aquí está algo maravilloso de la infinita sabiduría de Dios.

La palabra hebrea, uno de los términos hebreos que se utiliza para hablar del cordero es el término: Taléh.
El término taléh se refiere a un cordero joven y tierno, y escúcheme, de la raíz de la palabra taléh proviene en hebreo la palabra para cobertura, mostrando así cobertura, el ser guardados y mostrando así protección.
¿Qué está diciendo esto? Que desde el inicio de los tiempos, Dios tenía en mente que el cordero, no sólo todos los animalitos con los que Dios cubrió al hombre, sino llegaría un día el Cordero de Dios que con su sangre preciosa, no sólo nos limpiaría sino a través de su presencia, nos cubriría completamente.

Si usted vio todos los pasajes que leímos, que vimos hasta ahora de todo lo que ocurrió, en todos los pasajes muestra que Dios sustituyó lo hecho por el hombre, por lo hecho por Él.
Así también, sustituyó los sacrificios de los corderos que el hombre tenía que hacer por su sacrificio, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Cuando uno ve esta realidad, no deja más que asombrarse de parte de Dios, porque la misma palabra que significa cordero es la misma palabra que da lugar a decir que el cordero es nuestra protección y es nuestra cobertura.

Ahora bien, todos estos pasajes que acabamos de analizar muestran que esta hora crucial de la humanidad y sobre todo donde todas las naciones están temblando ante el corona virus, y realmente ninguno sabe en qué esto va a terminar, porque esta es la realidad, ese es el temor, que ninguno sabe en qué va a terminar, nosotros debemos renovar nuestra conciencia de la cobertura que el Señor nos ha dado, para que el temor no pueda tener una molécula, una célula pequeña en nuestros cuerpos, en nuestra mente ni en nuestro espíritu. No estamos llamados a temer, no estamos llamados al espíritu de cobardía, sino al espíritu de poder como lo dijo el apóstol Pablo.
Por eso, aunque podamos sufrir, hermanos, no tenemos nada que temer, por el contrario, el mismo Señor decidió que seamos las generaciones que viva estas horas cruciales para cumplir sus propósitos divinos, a nosotros el Señor nos entrega un desafío muy trascendente.

Por esa razón, a partir de ahora, yo pido al Espíritu Santo que unas palabras que están en el Libro de Ester, se queden grabadas para siempre en esta generación, hasta que el Señor, hasta que pasemos de este mundo, o hasta que el Señor nos lleve, y son las palabras que Mardoqueo, el primo de Ester, el que cuidaba a Ester desde niña, le dijo a Ester cuando ella ya estaba como reina en el palacio.
Vamos a recordar qué estaba pasando, Israel estaba en un momento crucial, gobernaba un rey persa llamado Asuero, pero tenía un príncipe muy malvado llamado Amán que había creado un plan perverso para hacer un genocidio, literalmente matar absolutamente a toda la nación de Israel sin dejar a un solo hombre y a una sola mujer, un verdadero genocidio.

Y ese momento que Mardoqueo se entera del plan le dice a Ester, mira Ester si te quedas callada en este momento de la historia, liberación va a venir de otra parte, porque Dios se va a encargar de nuestro pueblo... pero le dijo estas palabras, escuche estas palabras, por favor, esto está en Ester 4, verso 14, la última parte:

“¡Quién sabe si no has llegado al trono
precisamente para un momento como este!»”

Ester 4:14 / NVI

¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como este!»
Que el Espíritu Santo nos entregue hoy el poder de que estas palabras se queden grabadas en nosotros. ¿Por qué? Porque Ester entendió el verdadero significado de las palabras de Mardoqueo, vio que el mismo Señor la estaba desafiando y la había puesto en una autoridad como reina, ¿para qué? Para que se dispusiera a arriesgar su vida, sí, a ser muerta, pero liberar a su pueblo del genocidio, y lo logró. Dios le dio gracia, Dios le dio poder, Dios le dio autoridad para desarmar el plan perverso de Amán y para cancelar todo mal que estaba propuesto para los judíos.

¿Por qué traje este pasaje de la Escritura? ¿Por qué el Espíritu Santo me trajo este pasaje? Porque, escúcheme, aunque usted no lo crea, hay un paralelismo entre lo sucedido en tiempos de Ester, con lo que vivimos y viviremos a partir de ahora y se lo voy a mostrar ahora.
Así como Dios usó a Ester para librar a Israel de un genocidio de todo el pueblo, en esta hora también estamos ante un genocidio, pero un genocidio diferente. Y me voy a explicar para que podamos entender lo que el Espíritu Santo me mostró.

En la profecía del 2010 vimos que el Señor habló que estos tiempos de sufrimiento, ¿para qué son? Son tiempos de sufrimiento para que la gente se arrepienta, por lo tanto, ¿cuál es la función de la Iglesia? Tener una intercesión poderosa, un trabajo poderoso en el cielo para que realmente se quiebre toda dureza, se quiebre todo corazón y la gente llegue al arrepentimiento.
Pero debemos comprender algo, mientras que el objetivo del Señor es que el sufrimiento produzca arrepentimiento, el objetivo del diablo es llevar a cabo un genocidio eterno, de manera que, la mayoría de las personas acusen a Dios de este sufrimiento, se rebelen contra Dios y la mayoría de ellos se vayan de este mundo sin Cristo.
¿Lo están viendo? Nuestro protagonismo en la hora actual es decisivo, este no es el tiempo de estar temiendo y de estar tratando de cuidar nuestro propio pellejo para que nos vaya bien, por el contrario, este es el tiempo de estar atento a la voz del Espíritu Santo para hacer todo lo que Él nos guie, no es casualidad que estamos viviendo este tiempo, somos los hijos que Dios eligió para estar presentes, activos y poderosos, en esta generación que estamos viviendo.
Y hemos recibido una autoridad, Dios nos hizo reyes y sacerdotes, es decir, nos hizo un reino de sacerdotes justamente para eso, ¿por qué? Porque estamos en la hora precisa para que nosotros avancemos en el poder del Espíritu Santo.

Escuche, escúcheme bien, nosotros somos el instrumento divino, el único instrumento divino para que los planes del diablo se frustren, para que el genocidio eterno se frustre, usted sabe que en este momento, a partir de que empezó la pandemia, en pocos días, muchos miles de personas han muerto, ya el destino de toda esa gente ya fue escrito, ya se escribió el destino eterno de toda esa gente, esto es lo que quiere el diablo, que el destino eterno de muchas más personas que mueran, se mueran alejados de Cristo.
Por eso, nosotros somos los encargados de que el plan de Dios y el propósito de Dios se cumpla, ¿para qué? Para ser instrumento, escúcheme claramente, de una masiva salvación de almas del mundo entero, en un tiempo de sufrimiento donde los corazones a través del sufrimiento y por el poder del Espíritu Santo van a estar abiertos para escuchar lo que no estaban dispuestos a escuchar, para oír lo que no estaban dispuestos a oír y para entonces, ser confrontados con la vida, el amor, la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo y a través de esa misericordia ellos puedan encontrar salvación.

Así que, sabe una cosa hermano, este tiempo de pandemia y de sufrimiento, y los tiempos que vendrán y los tiempos que vamos a atravesar y los diferentes sufrimientos que vengan, escúcheme, veámoslo como una oportunidad, una oportunidad, una oportunidad divina para no callar, ahora sí, a tiempo y fuera de tiempo, tenemos que no sólo predicar sino manifestar a Cristo en todo lo que somos, en todo lo que hacemos, en todo lo que hagamos, utilicemos todo lo que está a nuestro alcance pero lleguemos a las personas, el Espíritu Santo nos va a traer personas a nuestra mente aún para poder hablarles, para poder contactarlas quién sabe de años, pero para poder mostrarles lo que Dios tiene preparado para cada uno de ellos.
Esta es la perspectiva adecuada de la profecía del Año 2020.
Y ahora al terminar, quiero simplemente orar, para que todo lo que hemos hablado se quede grabado en nuestros corazones. Recuerde, ¿no será que para esta hora precisa el Señor nos ha traído? La respuesta es . Dios nos puso en esta hora precisa para que seamos como Ester y usemos la autoridad de reyes que Dios nos dio para traer un cambio profundo, rotundo, y una masiva salvación de almas en este mundo.

Padre, te alabamos por tu Palabra, declaramos que Tú nos llevas más allá, no hay tiempo que perder Señor, sácanos de toda comodidad de este mundo, de toda mirada de este mundo para que nosotros, que somos tus instrumentos, llenos del Espíritu Santo sepamos que ya tenemos el poder para hacer prodigios, milagros y señales en el santo nombre de tu Hijo Jesús, porque el Espíritu Santo nos ha bautizado para que seamos testigos llenos del poder tuyo.
Y oramos y quebrantamos el poder espiritual del diablo que sólo quiere traer un genocidio eterno de multitudes de personas, se va a cumplir tu propósito, se va a cumplir tu Palabra y masivamente veremos a la gente venir a los pies de Cristo y entregarse a Él y decirle, Él es nuestro todo.

Te honramos y te alabamos y declaramos esto hecho en el cielo y en la Tierra, para gloria de tu Nombre, amén, amén.


Un gran abrazo a cada uno a la distancia pero con el mismo corazón y con el mismo amor de siempre, un abrazo enorme en el nombre de Jesucristo. Amén.

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